UCRANIA EN LA ENCRUCIJADA: ENTRE EL PASADO Y EL FUTURO
¡Excelentísimo Señor Dr. Pedro Lylyk, Presidente de la Representación Central Ucrania en la República Argentina, Cónsul Honorario de Ucrania en la Provincia de Buenos Aires!
¡Colegas Embajadores y representantes del Cuerpo Diplomático!
¡Queridos amigos de la Colectividad Ucrania en la Argentina!
¡Señoras y Señores!
Antes de empezar mi discurso quisiera expresarles mi sincero agradecimiento a todos Uds. por dedicar su valioso tiempo para asistir a esta presentación.
Muchos de los presentes aquí tienen lazos que les unen de una u otra forma con Ucrania. Algunos de Uds., tal vez la mayoría, son descendientes de los ucranianos, polacos o judíos, quienes abandonaron su tierra natal por motivos políticos, ideológicos o económicos, tratando de escapar las guerras, el genocidio o el “paraíso” soviético, o simplemente en búsqueda de un refugio para sus familias y una vida mejor.
Sé que muchos han venido hoy para dar una señal de apoyo a la Nación Ucraniana que atraviesa una etapa trascendental en su historia. ¡Les agradezco esta muestra de solidaridad!
Otros, quizás, hayan venido atraídos por la mera curiosidad que incitan los títulos que últimamente hace Ucrania en los periódicos de envergadura internacional. Sea cual sea el motivo de su presencia en esta sala les agradezco por venir.
Empezaré por decir que esos días Ucrania, junto con todo el mundo democrático, está conmemorando el 70º aniversario de la victoria sobre el nazismo en Europa que fue un acontecimiento clave para poner fin a la Segunda Guerra Mundial, el mayor conflicto bélico del siglo XX. Este año Ucrania se juntó a la tradición europea de conmemorar esta fecha el 8 de mayo, homenajeando a los veteranos de aquella guerra, muy pocos que quedan, y honrando la memoria de millones de seres humanos caídos en los campos de batalla, campos de concentración y territorios ocupados.
Ucrania que fue una de las naciones más afectadas por aquella guerra, conoce muy bien el precio de la paz, por esto ya dejamos la tradición post-soviética de organizar grandes y pomposos desfiles militares, como el que tuvo lugar hoy en Moscú, donde pasaron por la Plaza Roja decenas de carros de combate y otro material bélico más moderno y sofisticado, iguales a aquellos que han sembrado muerte y destrucción en el Este de Ucrania, inclusive el sistema de misiles BUK-M, semejante al que derribó el avión malasio de pasajeros en julio del año pasado.
Este es apenas un ejemplo de cómo, después de casi 24 años de su independencia, Ucrania está finalmente rompiendo con su legado post-soviético, encaminándose firmemente hacia la adopción de normas y prácticas democráticas y europeas.
Al preparar mi charla de hoy me he planteado tres tareas principales: primero, recordar, en rasgos muy generales, los acontecimientos que tuvieron lugar en Ucrania en los últimos años, pues son bastante conocidos por todos los presentes y no veo la necesidad de repetirlos detalladamente; segundo, reflexionar sobre el sistema de valores por los que optó el pueblo ucraniano y que guía las actuales transformaciones en mi país, y finalmente hablar sobre las reformas que están siendo implementados por el Gobierno Ucraniano, pues a pesar de la difícil situación que está atravesando Ucrania, debida a la agresión extranjera, seguimos pensando en el futuro.
1. A lo largo del último año y medio Ucrania permanece, por así decirlo, en el centro de un superpotente huracán geopolítico que debido a su violencia absorbe todo el espacio circundante abarcando Rusia, Europa y Norteamérica y representa a la vez un desafío sin precedentes para el sistema de seguridad europea creado en la época de posguerra.
Para comprender la lógica, la trayectoria y la trascendencia continental de los acontecimientos que se observan hoy en día en Ucrania uno debería dar un paso atrás y repasar en la memoria sus antecedentes.
Tras el fallido éxito de la Revolución Naranja de 2004 el país se vio sumergido en la frustración y apatía social que dieron una oportunidad al régimen corrupto de Víctor Yanukovich para tratar de revertir los logros democráticos de la etapa anterior.
Sin embargo, a pesar de los significativos retrocesos que sufrió la democracia en Ucrania a partir del 2010, la corrupción, la extorsión empresarial, la opresión política y la persecución de la prensa libre, la sociedad civil ucraniana demostró estar bastante resistente para hacer frente al despotismo.
La renuncia, a finales de noviembre de 2013, de Víctor Yanukovich a firmar el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea que era considerado como un instrumento que permitiría lanzar profundas reformas económicas, políticas y sociales con el fin de implantar los estándares europeos en Ucrania, sirvió de gatillo que desencadenó las protestas del EuroMaidán que se transformó en la épica Revolución de la Dignidad que tuvo como resultado un centenar de víctimas mortales, el colapso del régimen corrupto y la vuelta a la democracia.
La victoria de la Revolución, por otro lado, marcó también el inicio del final de una larga permanencia de Ucrania en la órbita de Moscú, un hecho que el Kremlin que no supo tolerar. En represalia a la protesta popular en Ucrania, Rusia respondió con una invasión militar encubierta y no provocada primero en Crimea que quedó anexionada luego de un proceso ilegítimo y fraudulento, y luego en Donbas, en el este del país.
A pesar de los compromisos conseguidos en las sucesivas reuniones en Minsk, esta guerra híbrida no declarada contra Ucrania está aún lejos de terminar. La intervención armada de Rusia y sus satélites contra nuestro país le costó miles de vidas humanas, enormes pérdidas en términos económicos e infraestructurales, además de provocar un éxodo masivo de la zona del conflicto con más de un millón de personas que tuvieron que abandonar sus hogares.
Aún más, la agresión militar rusa tiene como objetivo hacer demorar y últimamente asfixiar las reformas políticas, económicas y sociales en Ucrania necesarias para conseguir los criterios de adhesión a la Unión Europea.
Quisiera aquí abrir un paréntesis sólo para remarcar una vez más que el conflicto bélico en el este de Ucrania no es ninguna “guerra civil” entre los ucranianos como lo tratan de demostrar los mentirosos medios de la enorme y muy bien financiada máquina propagandística rusa que prefieren “no notar” centenas de tanques y cañones y miles de militares rusos haciendo guerra en el suelo ucraniano. Es la convicción común de que sin el apoyo constante, financiero, logístico y de armamentos, por parte de Moscú, los llamados “rebeldes” del este de Ucrania no durarían más que unas pocas semanas.
El carácter único y sin precedentes de la situación actual consiste en que, por la primera vez en la historia mundial, interviene como agresor y ocupante un país que es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y además poseedor de un enorme arsenal nuclear. Los dirigentes ucranianos que en el ya lejano año de 1994 firmaron el Memorando de Budapest que preveía la entrega de 1400 ojivas nucleares a Rusia a cambio de garantías de su seguridad e integridad territorial, ni siquiera en la peor de las pesadillas podrían haber imaginado que, pasados 20 años, uno de los estados garantes les asestaría un golpe traicionero por la espalda.
La comunidad internacional asiste, choqueada, a la agresión de una potencia nuclear contra un estado neutral y no alineado, cuyo pueblo ha escogido por su libre voluntad y después de mucho sufrimiento, el camino de aproximación a los valores democráticos europeos.
2. Muchos están convencidos de que la esencia de los acontecimientos que tuvieron lugar en Ucrania en estos año y medio radica en un intento del país de abrirse paso a Europa rompiendo definitivamente con la trayectoria de Rusia. Aunque la vocación europea de Ucrania es indiscutible, esta visión, justificada hasta cierto punto, sin embargo es lo suficiente errónea ya que refleja en cierta medida las obsesiones del Kremlin y la ingenuidad del Occidente respecto a la naturaleza de esta crisis.
De hecho, en el fondo de las transformaciones en Ucrania así como detrás la intervención militar rusa está la cuestión de valores.
Resulta que los valores que guían Ucrania hoy en día, estos valores que pusieron en marcha el EuroMaidan son la fuerza motriz que propulsa el país hacia la modernidad. Ellos constituyen unos marcadores necesarios para cualquier sociedad para afianzar su éxito a mediano y largo plazo. Estos valores definen la capacidad de la sociedad de crear una economía moderna y asegurar una vida digna a sus ciudadanos.
Ocurre que los valores del pueblo de Ucrania y los de la Unión Europea final y definitivamente concurrieron, el hecho que tiene un efecto multiplicador y sin duda tendrá un impacto profundo sobre todo el espacio post-soviético.
Pocos dudan que en el plazo de unos 20 o 30 años la humanidad deberá entrar en la era del auge de la información. En la historia ya fuimos testigos de varias revoluciones – desde la neolítica hasta la industrial. A finales del siglo XIX – principios del siglo XX la concentración industrial creó las ventajas competitivas para los regímenes totalitarios y autoritarios que aspiraban a movilizar sus sociedades para dominar el espacio europeo. Son estos fenómenos que dieron origen a la Alemania nazi y a los diferentes estados comunistas.
Pero los acontecimientos de los últimos 25-30 años, marcados por el desarrollo de las tecnologías de información, el nacimiento del Internet y de las redes sociales, dieron a la luz otro fenómeno. Hoy en día los individuos y grupos sociales están dotados y gozan de más poder que los gobiernos. En la época informática la liberación del potencial de la mente humana es la clave para el éxito, lo que tiene como una consecuencia la limitación de la injerencia por parte del estado en la vida de los individuos. Este pensamiento libre junto con la globalización constituyen dos condiciones claves para la prosperidad tanto hoy en día como en el futuro.
En este sentido la alternativa que representa hoy Rusia, donde las libertades fundamentales y los valores democráticos siguen deteriorándose año tras año, con su concepto de la Unión económica euroasiática, basada en la extracción de las materias primas, no se ve tan atractiva, por lo menos desde la perspectiva de Ucrania.
La sociedad civil de Ucrania como un sujeto político desde los inicios del restablecimiento de la independencia nacional, y aún antes de esto, ha sido la fuerza que empujaba el país hacia Europa. Detrás de las declaraciones se perfilaba la aspiración a la apertura, la ampliación de los derechos y las libertades así como las oportunidades para los individuos. Ahora uno comprenderá con más claridad que este rumbo es totalmente divergente al que sigue implantando Vladimir Putin en Rusia los últimos 10 años.
Los valores del Kremlin, de Vladimir Putin mejor dicho, se contraponen a los valores del Occidente. De hecho, los intereses del pueblo ruso serían avanzar hacia la modernidad, afianzar la democracia, los derechos humanos y las libertades fundamentales. En cambio, en un intento de preservar el régimen político corrupto, el Kremlin supo instalar en la sociedad rusa los conceptos obsoletos y el resentimiento, usando los cuales Rusia emprendió un camino de auto-aislamiento del resto de Europa, a la que pertenece por lo menos parcialmente, y del mundo democrático. En este sentido el Kremlin libra una lucha contra el futuro de su país y al mismo tiempo quiere detener el avance de otras naciones – Ucrania en primer lugar – hacia la modernidad y el progreso.
Hay que ser consciente de que los acontecimientos que tienen lugar en Ucrania no son una muestra de la crisis de la civilización sino una crisis entre el reaccionismo destinado finalmente a fracasar y el futuro que prevalecerá y conllevará consigo el progreso.
3. Tras la victoria de la Revolución de la Dignidad, Ucrania rompió definitivamente con la herencia soviética y optó por la democracia, reformas y la integración europea como el camino hacia la modernidad.
En este sentido la invasión militar extranjera, como respuesta al EuroMaidán, sin lugar a dudas, es el mayor desafío hoy en día para Ucrania. Al mismo tiempo, mientras el ejército y los voluntarios defienden con las armas la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania en Donbas, un eventual retraso en implementar las reformas políticas, económicas, sociales y estructurales representaría un reto existencial aún mayor.
El fracaso de las reformas llevaría a la apatía social aún más profunda en Ucrania apoyando la tesis del Kremlin, que no deja intentos de frenar los cambios en el país vecino, de que los ucranianos son incapaces de gobernar sin el control remoto de Moscú o de otra capital. Tal perspectiva constituiría el mayor revés democrático desde la caída del Muro de Berlín y permitiría a Rusia a crear el así ansiado ¨Mundo ruso¨, un concepto que no se ve viable sin Ucrania.
Por esto la sociedad ucraniana está consciente de que la lucha por el futuro de la nación se libra no sólo en los campos de batalla en el Este sino también en los despachos y las instituciones de Estado. Esta lucha tiene por objetivo consolidar una democracia que respeta la voz de pueblo y no es una sirviente de los gobernantes. También para consolidar una economía donde los conocimientos y la iniciativa empresarial valen más que el tráfico de influencias. También para crear una sociedad gobernada por el estado de derecho y la primacía de la ley, donde el tumor cancerígeno de la corrupción sea eliminado definitivamente de la política y la dignidad del pueblo ucraniano sea restablecida.
Estos son los ideales y valores que inspiraban al EuroMaidan y por los cuales dieron y siguen dando sus vidas mejores hijos e hijas de Ucrania en Donbas, ya que se trata de la libertad y de la soberanía de definir su propio futuro.
En los años anteriores al EuroMaidan se hablaba mucho de las reformas. Pero hablar y hacer las declaraciones no es suficiente para los cambios, hay que asegurarlos.
A mediados de enero de 2015 en respuesta a la fuerte demanda popular el Presidente Petro Poroshenko promulgó el Decreto sobre la estrategia del desarrollo sostenible de Ucrania hasta 2020. El prerrequisito central de la implementación de la Estrategia-2020 es el compromiso público entre el Gobierno, el empresariado y la sociedad civil donde cada parte tiene su propia esfera de responsabilidad.
Voy a repasar brevemente los elementos básicos de este documento que define los objetivos, esferas y prioridades del desarrollo del país, así como los principales marcadores claves, según los cuales se puede evaluar el nivel de la implementación de las reformas.
Como es conocido, después de la firma, el año pasado, del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, la integración gradual en las estructuras europeas es uno de los objetivos de la política del Estado. El acercamiento a los estándares europeos de la vida y un lugar digno de Ucrania en el mundo son objetivos de las reformas anunciadas. Muchos colegas – embajadores de los países miembros de la UE, especialmente los de la Europa del Este, que han emprendido en su tiempo ese camino de reformas, pueden confirmar que no es nada fácil y a veces hasta suele ser bastante doloroso.
Pues según la Estrategia 2020, el desarrollo de la Nación Ucraniana será definido por 4 vectores fundamentales:
Cabe destacar el carácter integral de la Estrategia 2020 que abarca 62 reformas, 8 de ellas de carácter prioritario y 2 programas.
Fueron determinados como prioritarias la áreas siguientes: la reforma de la seguridad nacional y del sector de defensa, la reforma anticorrupción, la reforma judicial y de la seguridad ciudadana, la descentralización y la reforma de la administración pública, la desregularización y el desarrollo de la actividad empresarial privada, la reforma del sistema de salud y la reforma tributaria.
En este respecto quisiera destacar apenas algunos avances conseguidos en estos últimos 3 meses.
En primer lugar, fue aprobada una serie de las leyes en la esfera de la lucha contra la corrupción. El pasado 16 de abril el Presidente de Ucrania Petro Poroshenko firmó el Decreto sobre la institución de la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania y, después de un largo concurso abierto y público, designó a Artem Sytnyk como su Jefe.
Cabe destacar que dicha entidad tendrá como objetivo la investigación de los crímenes de corrupción cometidos por los altos cargos del Estado así como la prevención de los delitos de la corrupción que representan una amenaza a la seguridad nacional. Estas medidas contribuyen a las políticas encaminadas a combatir la corrupción en el país y a asegurar la transparencia de las decisiones de las instituciones del Estado.
Asimismo en la legislación de Ucrania fueron implementadas normas que establecen pruebas especiales para los candidatos a altos cargos del Estado, como titulares de instituciones públicas, jueces, fiscales etc. Está prevista también la implementación de los mecanismos preventivos como la declaración del patrimonio de todos los funcionarios públicos, la prevención de los conflictos de intereses, la verificación de los datos declarados por los funcionarios públicos etc.
El paso más drástico emprendido hasta ahora en el marco de la lucha anticorrupción fue en materia de la abolición de los subsidios para hidrocarburos, en primer lugar en las áreas de extracción, importación, transporte, suministro y consumo del gas natural. Esta medida constituyó un duro golpe para el tráfico de influencia en la industria energética del país, especialmente para los intermediarios que corrompían el aparato de Estado, y resultó ser el primer paso en el proceso del desmantelamiento del sistema oligárquico que ha reinado en Ucrania durante más de dos décadas.
Otro logro muy importante en el campo de las reformas es la desregularización de la actividad económica. Hasta la fecha fueron eliminadas 8 agencias reguladoras y otras 11 fueron fusionadas, la medida que facilita sobre todo las pequeñas y medias empresas.
La reforma está encaminada a crear un ambiente favorable para iniciar y desarrollar los negocios, en especial de los pymes, atraer inversiones, facilitar el comercio exterior y elevar la eficacia del mercado de trabajo.
Cabe destacar que esta reforma está estrechamente vinculada a la reforma tributaria que prevé la creación de un sistema simple y económicamente justo de imposición que requerirá un tiempo mínimo para hacer los cálculos y realizar pagos tributarios, pero a la vez garantizaría los ingresos suficientes a las arcas del Estado y a los presupuestos regionales y locales.
Según el concepto de esta reforma, los órganos tributarios dejarán de ser instituciones de persecución y castigo convirtiéndose en agencias de servicio operativas. Por otro lado, se disminuirá el número de los impuestos y tributos y sus volúmenes, será simplificado el procedimiento de su cálculo y pago, será introducido el servicio electrónico para los contribuyentes, entre otras cosas.
Según el Ministro del Desarrollo Económico y Comercio de Ucrania, se espera que sean implementadas unas 130 iniciativas en materia de la desregularización para la pequeña y mediana empresa, lo que permitiría a la reforma tributaria entrar en vigor a partir del 1 de enero del próximo año.
La implementación de la Estrategia-2020 prevé que en 5 años Ucrania consiga 25 marcadores del desarrollo clave ascendiendo a los 30 primeros puestos de la lista Doing Business, su graduación en los títulos en divisa internacional según la escala de la agencia Standard and Poors se espera no inferior a la categoría inversionista BBB y el PBI alcance $16.000 per cápita.
Las reformas planteadas también deben asegurar que las inversiones extranjeras directas superen 40 mil millones de dólares mientras los gastos para la defensa y el sector de seguridad no sean inferiores a 3% del PBI. Otro objetivo es entrar en la lista de los 50 países con el mejor índice de la corrupción calculado por la Transparency International.
Las reformas no están limitadas apenas a la economía. Se han puesto en marcha la reforma constitucional, la reforma de la administración pública y la descentralización.
Hasta la fecha se han celebrado 2 reuniones de la Comisión Constitucional compuesta por líderes del parlamento, ex-presidentes y miembros del gabinete, así como por los políticos de la coalición gubernamental y de la oposición, lo que asegura la inclusión política e social en el proceso de toma de decisiones en el marco del perfeccionamiento de la Carta Magna.
También en Ucrania entendemos que será imposible la misión de construir un estado y una sociedad moderna sin la descentralización que prevé la redistribución de los poderes entre el Gobierno central y las administraciones regionales y locales, el proceso que está acompañado por la reforma de las relaciones presupuestarias que dotará las administraciones regionales y locales con los recursos presupuestarios aumentados.
Además de delegar nuevos poderes a niveles regionales y locales, estas reformas, complementadas por la reforma electoral, no sólo llevarán a la descentralización y aumentarán el grado de la autonomía de las regiones sino también asegurarán que las administraciones regionales y locales sean verdaderamente representativas y rindan cuentas ante las comunas que representan.
El Gobierno de Ucrania en pocas semanas deberá presentar el concepto de la reforma de la policía que es todo un desafío en el marco del desmantelamiento del sistema autoritario, represivo y corrupto construido durante 4 años del gobierno de Victor Yanukovich. Las medidas abarcarán la redefinición de las tareas y funciones de las instituciones de seguridad pública, la introducción de nuevos criterios de la evaluación del desempeño de los policías para elevar el nivel de la protección de los derechos humanos y las libertades del individuo así como los intereses de la sociedad y del Estado.
Señoras y Señores,
Para concluir mi presentación sobre los logros y desafíos que está enfrentando mi país quiero hacer una énfasis que los acontecimientos ocurridos en Ucrania y en su entorno tras la victoria del EuroMaidán tienen predeterminación histórica, su lógica, su trayectoria y su trascendencia continental.
Las transformaciones sociopolíticas en curso en Ucrania completan la agenda y el ciclo histórico que empezó con la Gran Guerra de 1914-1918 que marcó el resurgimiento de los estados nacionales en el continente europeo y el inicio del fin de los imperios Austro-Húngaro, Germano y Ruso. En el Este europeo este cambio fue interrumpido por la invasión bolchevique que bajo los engañosos lemas del progreso de la época y con la fuerza de las armas supo restaurar un imperio de reducidas dimensiones.
Hoy en día Ucrania está en la vanguardia, en la primera línea de defensa de los valores que crearon una Europa económicamente próspera, una Europa étnica y religiosamente tolerante, una Europa solidaria, una Europa comunitaria.
Con la sangre que sus hijos e hijas han derramado en el EuroMaidán y en Donbás, Ucrania demuestra su compromiso con estos valores, reafirmando su identidad europea y su vocación europea. Por la primera vez en la historia del continente un país no comunitario – todavía no comunitario – muestra sin vacilación alguna su determinación de luchar por estos valores.
La guerra gestada y desatada por el Kremlin contra esta Ucrania europea complica enormemente las tareas de transformación del país pero no está en condiciones de detener el movimiento de Ucrania hacia la civilización europea.
En el EuroMaidán Ucrania hizo su elección trascendental. La sociedad ucraniana anhela vehementemente desmantelar estas viejas reglas y el sistema político y económico obsoleto y corrupto con el fin de convertirse en una nación moderna. Moverse a la modernidad es la elección definitiva de Ucrania.
A la Nación Ucraniana queda mucho por hacer en este camino. Pero la Nación Ucraniana comprobó que es capaz de hacerlo y tiene voluntad de hacerlo.
¡Muchas gracias por su atención!