El 3 de marzo corriente, el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, aprobó la decisión de extender, por un año, hasta el marzo de 2016 la validez de las sanciones impuestas contra la Federación de Rusia con motivo de la anexión de Crimea y la agresión contra Ucrania.
La prórroga de las sanciones incluye todo tipo de medidas restrictivas implementadas por el Gobierno estadounidense desde el marzo de 2014.
El mandatario estadounidense hizo hincapié en que "las acciones y la política de las personas que socavan los procesos y las instituciones democráticas en Ucrania" representan "una amenaza extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos".
La prolongación de las sanciones estadounidenses contra Rusia indica la invariabilidad de la posición de los Estados Unidos acerca del apoyo a Ucrania en su lucha contra la agresión rusa, así como la condena de la política de Rusia dirigida a violar la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. Al mismo tiempo, esta decisión puede ser considerada como una respuesta de los Estados Unidos a la falta, por parte de Rusia, de los pasos apropiados para asegurar el cumplimiento de los acuerdos de Minsk y la normalización de la situación en el este de Ucrania.
Ucrania saluda la decisión del Gobierno estadounidense y subraya que la presión internacional sobre Rusia debe ser mantenida y fortalecida hasta que la Federación de Rusia tome todas las medidas necesarias para el pleno restablecimiento de la integridad territorial y la soberanía de Ucrania dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas, así como para la solución del conflicto el este de Ucrania sobre la base de la estricta aplicación de los acuerdos de Minsk y restaure el respeto al derecho internacional.