Discurso del Embajador de Ucrania en la recepción con motivo de la celebración del 23º Aniversario de la Independencia de Ucrania
(Buenos Aires, hotel Caesar Park, el 26 de agosto de 2014)
Hace 23 años, el 24 de agosto de 1991 a raíz de profundas transformaciones geopolíticas ocurridas tras la desintegración de la Unión Soviética nacía un nuevo estado independiente – Ucrania. Este día fue el corolario de un largo período de la lucha por la independencia y el cumplimiento del sueño más querido de muchas generaciones de los ucranianos que a lo largo de su historia milenaria muchas veces estuvieron bajo el dominio extranjero y pocas veces gozaban de una verdadera libertad.
Los imperios que otrora dominaban partes del territorio ucraniano como el Otomán, el Austro-Húngaro, el Ruso hacía mucho que habían pasado a la historia y ahora se desmoronaba el coloso con los pies de barro que unía más por fuerza que por amor a 15 repúblicas socialistas soviéticas, abriendo camino a la independencia de cada una de ellas. Ucrania se quedó libre con sus tierras fértiles que le habían traído la fama del “granero de Europa”, con su gente trabajadora y bien educada, pero también con la industria pesada de siderurgia, metalmecánica, industria naval, aeronáutica y aeroespacial que fue heredada de la Unión.
Pocos pensaban en aquel año de 1991 que el camino hacia la verdadera independencia de Ucrania sería duro y penoso y que el país aún tendría que pasar por pruebas difíciles pagando el precio más alto que se puede imaginar – las vidas de sus mejores hijos e hijas.
El último año, como todos Ustedes saben, fue especialmente difícil y trágico para mi país y para todos los ucranianos. Yo cuando llegué a Buenos Aires a principios de noviembre de 2013 ni en la peor de las pesadillas hubiera podido imaginar los sucesos que se iniciarían pocas semanas más tarde en mi país.
Primero fue Euromaydán o la “Revolución de la dignidad” cuando todo un pueblo se levantó contra la injusticia, contra el robo sin precedentes del Estado y Pueblo Ucranianos por los políticos corruptos, contra la fraude del voto electoral y parlamentar, contra la plena y constante ignorancia de los derechos y libertades constitucionales del Pueblo ucraniano. El derrocamiento del régimen corrupto del ex-Presidente Víktor Yanukovych quien manchó las manos con la sangre de los jóvenes que manifestaban sus aspiraciones europeas, y de los ciudadanos que defendían los principios y valores democráticos, sirvió de punta de partida para una nueva etapa en la vida del país.
Pero la llegada a la democracia no fue fácil ni pacífica para mi país. Lo que le siguió después fue la cínica anexión de una parte de nuestro territorio, que es la República Autónoma de Crimea, perpetrada en violación de todas las normas del derecho internacional y de los tratados bilaterales, encubierta por el “referéndum” ilegítimo e ilegal realizado bajo las miras de los fusiles automáticos de tropas extranjeras. Lamentablemente esta anexión fue apenas el primer paso en la política dirigida a desmembrar Ucrania, a privarnos de nuestra verdadera soberanía.
No voy a detenerme en los acontecimientos que se siguieron en los últimos meses en el este de Ucrania, pues todo el mundo sabe perfectamente los verdaderos actores e instigadores de esta agresión y quien está por detrás de los llamados “separatistas pro-rusos” que para nosotros son verdaderos terroristas y mercenarios, apoyados, financiados y dirigidos desde el país vecino. Es contra esa gente el Estado Ucraniano está realizando una operación anti-terrorista.
Pero una cosa es cierta – a pesar de toda la agresión que estamos sufriendo, ¡Ucrania nunca va a renunciar a su independencia, su soberanía y su integridad territorial!
Hay muchos que afirman que después de lo sucedido en el transcurso de este año Ucrania ha salido finalmente de la etapa pos-soviética habiendo roto su cordón umbilical que la ataba al antiguo imperio y se ha puesto firmemente en el camino del desarrollo democrático. Estamos realizando una serie de profundas reformas en los sectores político y socioeconómico, con la descentralización de los poderes, aumentando, entre otras cosas, la autonomía de las regiones.
En mayo pasado tuvimos las elecciones presidenciales anticipadas y dentro de dos meses vamos a tener también las elecciones legislativas para completar el ciclo de la renovación de todos los ramos del poder. En junio firmamos el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, lo que demuestra claramente que el camino hacia los valores democráticos y justos, escogido por el pueblo ucraniano, es irreversible.
Y quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a nuestros amigos de todo el mundo que prestaron su apoyo abierto e incondicional a Ucrania en estos tiempos complicados que hemos atravesado – sea a través de los votos favorables en los órganos de las Naciones Unidas, o a través de las sanciones aplicadas contra el estado agresor. Un proverbio que existe en muchos idiomas dice que los verdaderos amigos se conocen en los tiempos malos. Pues las duras pruebas que hemos tenido que enfrentar mostraron la cantidad de países amigos que tiene Ucrania y a todos ellos, a través de ustedes, queridos colegas embajadores, muchas gracias!
Quisiera expresar mi agradecimiento también a los funcionarios de la Cancillería Argentina que nunca me han recusado ningún pedido de reunión y con los que hemos discutido muchas veces, de manera franca y abierta, la situación en Ucrania. Pues yo sé que he sido, por razones bien entendibles, tal vez uno de los visitantes más frecuentes del imponente edificio en la esquina de Esmeralda y Arenales. ¡Gracias por su paciencia y disponibilidad para el diálogo!
Y por supuesto agradezco a toda la colectividad ucraniana en la Argentina que no solamente ha conseguido preservar el espíritu y el carácter ucraniano aquí tan lejos de la patria de sus antepasados, sino también nos ha apoyado en todos los momentos y ha públicamente demostrado en varias ocasiones su posición firme en defensa de la soberanía e independencia de Ucrania.
Expreso nuestra sincera gratitud al Presidente de la Representación Central Ucrania en la República Argentina y a los cónsules honorarios de Ucrania en la provincia de Misiones y también en Paraguay que nos honran hoy con su presencia y también a otros que por varias razones no han podido llegar. Su apoyo y contribución han sido fundamentales para que podamos realizar el evento de hoy!
Mi agradecimiento va también a la directiva y a los miembros de la Cámara Argentino-Ucrania de Comercio e Industria, cuyo apoyo es esencial en la realización de todos los proyectos económicos bilaterales.
Señoras y Señores!
Ucrania está entrando en un nuevo año de su historia. Esperamos, con la ayuda de todos nuestros amigos en el mundo, poder implementar el Plan de Paz del Presidente Poroshenko que ayude a acabar con esta guerra que nos es absolutamente desnecesaria, y volver al trabajo pacífico creador, a la realización de las reformas estructurales que son imprescindibles para el desarrollo sostenible y la reconstrucción de la economía nacional.
Tenemos una buena historia de cooperación con la Argentina en varios dominios. Las turbinas producidas en Ucrania desde hace más de 40 años están generando energía en varias plantas hidroeléctricas argentinas, incluida la del Salto Grande, con transformadores de potencia ucranianos están equipadas muchas líneas de transmisión eléctrica en el país.
Tenemos planes de contactos políticos en diferentes niveles, tenemos buenas perspectivas y proyectos reales de cooperación en las áreas aeronáutica y espacial, transportes y comunicaciones, energía eléctrica e infraestructura, que esperamos poder reactivar en un futuro próximo, después de restablecer la paz en nuestro país. Siendo un país agrario, al igual que la Argentina, nos interesan mucho las tecnologías avanzadas agrícolas que son desarrolladas y aplicadas en su país, como las de siembra directa o las utilizadas en la ganadería. Hay un enorme potencial para desarrollar e incrementar el comercio bilateral.
Por todo ello estoy optimista cuanto al futuro nuestras relaciones!
Y ahora me gustaría levantar esta copa para brindar:
- ¡a la paz y prosperidad de Ucrania y de la República Argentina!
- ¡a la amistad de los pueblos ucraniano y argentino!
- ¡Salud!