Intervención del Embajador de Ucrania en la República Argentina en la 44ª Sesión de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos
(Asunción, 3 de junio de 2014)
Desde que en 1994 Ucrania obtuvo el status del observador permanente de la OEA mi país ha siempre apoyado plenamente los principios básicos promovidos por la mayor organización de países de las Américas que son la democracia, los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo. Hemos establecido y mantenemos un diálogo fluente sobre todas estas cuestiones tanto en la sede de la OEA en Washington como en el marco de diferentes reuniones de la Organización donde los representantes ucranianos participan regularmente.
Compartimos y apoyamos asimismo los principios plasmados en el Proyecto de Declaración de Asunción para el actual Período de Sesiones de la Asamblea General de la OEA “Desarrollo con Inclusión Social” que reflejan la necesidad de combatir y erradicar la pobreza, reducir la falta de equidad y la exclusión social, asegurar el acceso a la educación de calidad y los servicios de salud integral a todos los habitantes del Hemisferio Occidental, prevenir, combatir y eliminar de todo tipo de intolerancia y discriminación, especialmente la discriminación de género, étnica y racial.
Quisiera mencionar en particular el punto 7 del proyecto de la Declaración de Asunción que dice “Continuar observando los principios democráticos y los derechos humanos como elemento esencial para el desarrollo social, político y económico de los pueblos de las Américas, teniendo en cuenta que la democracia y el desarrollo integral son interdependientes y se refuerzan mutuamente”.
En este sentido, quiero constatar que en mi país, Ucrania, también consideramos que la democracia y el desarrollo son dos cosas que andan juntas. Y una condición sine qua non para tener las dos es la paz, la ausencia de violencia, la posibilidad de desarrollarse en condiciones pacíficas, sin agresión externa, como lo saben por su experiencia muchos de los países de vuestro hemisferio.
Después de varios meses de inestabilidad política inspirada por fuerzas externas el pasado día 25 de mayo el pueblo de Ucrania con 55% de votos elegió al nuevo Presidente, Petro Poroshenko, quien en pocos días asumirá el cargo. Sus bases programáticas son claras: consolidar el rumbo europeo de la política exterior de Ucrania, realizando sus primeras visitas exteriores a Europa para firmar la parte económica del Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea que prevé la creación de una zona de libre comercio.
Los líderes del mundo ya reconocieron y felicitaron al Presidente electo de Ucrania como un líder legítimo del país y declararon su disposición a trabajar juntos para implementar el ambicioso programa de reformas económicas y sociales que le permitirá a Ucrania a retornar al camino del desarrollo sostenible.
Sin embargo, lo sucedido en Ucrania en estos últimos meses sirve de ejemplo de la lucha de un pueblo contra la injusticia, el robo sin precedentes del Estado y Pueblo Ucranianos por los políticos corruptos, contra la fraude del voto electoral y parlamentar, contra la plena y constante ignorancia de los derechos y libertades constitucionales del Pueblo ucraniano. Por eso ella fue llamada la “Revolución de Dignidad”. El derrocamiento del régimen corrupto del ex-Presidente Víctor Yanukovych quien manchó las manos con la sangre de los jóvenes, manifestando sus aspiraciones Europeas, y de los ciudadanos civiles, defendiendo los principios y valores democráticos sirvió de punta de partida para una nueva etapa del país. Hay que resaltar que la destitución del ex-presidente autoexiliado en Rusia se realizó en los marcos constitucionales por el Parlamento legítimo en el ámbito de sus poderes. No hace falta a detenerse detalladamente en los sucesos que se siguieron pues seguramente todos Ustedes los han acompañado, pero podrán encontrar la síntesis del desarrollo de la situación en Ucrania en unas carpetas que les están distribuidas.
Después de tres meses del Gobierno interino Ucrania finalmente tiene un Presidente legítimo. Eran tres meses muy difíciles para mi país, porque además de los desafíos internos, la dramática situación económica que fue heredada del gobierno anterior, que había robado cerca de 100 billones de dólares estadounidenses, tuvimos que enfrentar una agresión externa por parte de un estado que hasta hacía poco tiempo nos aseguraba que era un “amigo y hermano”, pero que nos asestó un golpe traicionero por la espalda justo en el momento cuando el Estado Ucraniano estaba debilitado y necesitaba de mayor apoyo.
La cínica anexión militar de Crimea secretamente preparada de antemano, fue realizada por Rusia en violación de todas las normas del derecho internacional y de los tratados bilaterales con Ucrania, encubierta por el “referéndum” ilegítimo e ilegal bajo las miras de los fusiles automáticos de tropas extranjeras. Esta anexión fue apenas el primer paso en la política dirigida a desmembrar Ucrania, a privarnos de nuestra verdadera soberanía. Por eso estamos muy agradecidos a más de 100 países del mundo, y especialmente a los del continente americano que el pasado 27 de marzo apoyaron la Resolución de la Asamblea General de la ONU “La integridad territorial de Ucrania”. Jamás reconoceremos la anexión de Crimea que según el derecho internacional sigue siendo una parte integrante e inalienable del territorio de Ucrania aunque está temporalmente bajo la ocupación extranjera. Recurriremos a todos los instrumentos diplomáticos y judiciales en nuestro alcance para devolvernos esta parte del territorio soberano de Ucrania.
Para crear una cortina de humo sobre la cuestión de Crimea, en el Este de Ucrania fue implantado artificialmente un movimiento terrorista y separatista. Los grupos terroristas y mercenarios gozan de soporte financiero, material, logístico y militar desde vecina Rusia. Hay pruebas contundentes que la mayoría de los llamados “insurgentes ucranianos pro-rusos” son de hecho ciudadanos rusos de diferentes regiones, inclusive del Cáucaso, muchos de ellos con preparación y entrenamiento militar para llevar a cabo operaciones especiales, que llegaron a Ucrania clandestinamente. Son verdaderos terroristas porque toman rehenes, inclusive observadores internacionales que llegaron a monitorear las elecciones, torturan y matan a la gente, usan mujeres y niños como escudos humanos, utilizan armamento pesado de los arsenales exclusivamente del ejército ruso para derribar helicópteros militares ucranianos.
Es contra esa gente que el Estado Ucraniano está llevando a cabo una operación antiterrorista, haciendo el máximo cuidado para no afectar a la población civil. Por eso insistimos llamando a la Parte Rusa que retire sus tropas de la frontera ucraniana, que llame de vuelta a sus agentes infiltrados en Ucrania y sus mercenarios, que deje de financiar y equipar a los terroristas, y allí sí podemos iniciar nuestro verdadero diálogo de paz conforme fue plasmado en los Acuerdos de Ginebra.
Hoy estamos luchando y sufriendo víctimas para defender los principios que Rusia está violando de manera descarada, poniendo en peligro toda la arquitectura de la paz, seguridad y derecho internacional. La agresión contra mi país es también la agresión contra los principios defendidos por la OEA. Esta agresión está encubierta por una propaganda cínica de Rusia, la cual, sin tener ningunos argumentos reales para justificarla, trata de crear “una realidad alternativa” y hacer que todo el mundo crea en ella. Todas las mentiras de Rusia sobre la ausencia de tropas rusas en Crimea, sobre el peligro de antisemitismo y fascismo en Ucrania, sobre los rusoparlantes amenazados y tantas otras fueron totalmente desmentidas por decenas de observadores y oficiales de la ONU, la OSCE y otras organizaciones. Por el contrario, hoy día en Crimea y en el Este de Ucrania torturan y matan a la gente por el simple hecho de hablar ucraniano, de vestir ropa nacional y de defender la soberanía y la integridad territorial de Ucrania.
La verdad es que el Gobierno de Ucrania está realizando una amplia reforma estructural en todos los dominios, hemos iniciado el diálogo nacional con todas las fuerzas políticas y representantes de todas las regiones para llevar a cabo una reforma constitucional que prevea la descentralización de los poderes, la regularización del uso de los idiomas regionales, cuestiones de seguridad nacional etc. Esperamos que con la tomada de posesión del nuevo Presidente de Ucrania Petro Poroshenko podamos asegurar la necesaria estabilidad institucional para implementar el programa de reformas, acelerar la aproximación con la comunidad europea y reafirmarnos como un socio seguro y previsible en las relaciones internacionales.
Estimados Señores!
Para concluir mi intervención quisiera más una vez agradecer el apoyo de los países miembros de la OEA a la soberanía, la integridad territorial y la independencia de Ucrania en los momentos difíciles que hemos atravesado y asegurarles que Ucrania quedará firme defensor de los principios plasmados en la Carta de la OEA, la Carta Democrática Interamericana y otros instrumentos que rigen la promoción y observancia de los derechos económicos, sociales y culturales, el desarrollo integral, el crecimiento económico con equidad y la consolidación de la democracia en los Estados del Hemisferio Occidental.
Reafirmamos nuestra disposición de trabajar junto con todos los países que componen la Organización de Estados Americanos para asegurar la implementación de los objetivos consagrados en la Declaración de Asunción. Hacemos votos de un trabajo eficiente a la presente Asamblea General y éxitos al Secretariado y a todos los estados miembros en conseguir sus objetivos.
¡Muchas gracias!